Recuerdo una noche en casa de una amiga, cuando me desperté por culpa de la lluvia a las seis de la mañana, recuerdo que después de eso, me pasé una hora dando vueltas, al cerrar los ojos, se me metían en el cerebro el sonido del agua cayendo y golpeando la ventana; también recuerdo como al levantarnos a mi me dolía la cabeza por culpa de aquella lluvia, mientras que mi amiga me decía, lo relajada que se sentía después de escuchar llover.
Otro ejemplo, es cuando voy en coche con mis padres, y me madre me dice lo bonita que esta la ciudad mientras llueve. En mi opinión, es cuando más triste, solitaria y silenciosa está, quizá por eso le gusta tanto a mi madre, quizá por eso la mayoría de gente dice que le relaja, pero yo no puedo sentir otra cosa que nerviosismo, no puedo estar en un lugar donde todo se reduce al silencio, necesito escuchar algo de fondo, aun que sea un murmullo, pero cuando llueve, solo se escucha la lluvia, las gotas, el agua, el silencio. Un silencio que para mi se vuelve inquietante.
En cambio, me podría pasar horas mirando las llamas del fuego, con música de fondo.
Para mi, si que sería relajante, sentarme delante de una fogata, y quedarme mirando las llamas de color rojo, mezcladas con amarillo y naranja, un fuego amenazante, imponente, mezclado con pasión y rabia, un fuego que me da fuerza para seguir luchando y no rendirme jamás.
Claro que cada uno, tiene su opinión.