sábado, 4 de febrero de 2012

Adiós.

Y justo en ese momento, pasaron por mi cabeza miles y miles de recuerdos; recuerdos que debía olvidar por el bien de los dos. Y sin saber como, me di cuenta de que estaba obsesionada con él, que de quererlo, había llegado a necesitarlo, a necesitarlo de tal manera, que el simple hecho de pensar que ya jamás podríamos volver a estar juntos, me producía mal estar; mi barriga, en la que antes volaban mariposas y me hacía sentir tan y tan bien, ahora era como si me pegaran un puñetazo tras otro... mi garganta se hizo un completo nudo, no podía hablar, ni siquiera podía transmitir ningún tipo de sonido, nada de nada, y entonces sentí como mi corazón quería huir, como latía tan fuerte que era como si quisiera desgarrar mi pecho y salir de este cuerpo, salir y ir lejos, donde nadie pudiera hacerle daño; y el resto de mi cuerpo, yacía inmóvil en la cama de mi habitación, mientras en mi cabeza solo oía una y otra vez, las palabras que tan claro me habían dejado que era un adiós para siempre "No creo que volvamos a estar juntos nunca más...". 
Y en ese momento soledad que rodeaba toda mi habitación, y mientras mis lágrimas me impedían ver la oscuridad de mi habitación me prometí que jamás volvería a depender de alguien.

"El amor es una excusa para aguantar cosas que no deberías aguantar, así es como te enganxa. Es una trampa."

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