martes, 20 de marzo de 2012

Mi maravilloso mundo

A veces me siento tan incomprendida. Nadie consigue entender mi afición por la escritura... Me gustaría que el mundo supiera como me siento cuando leo, o cuando escribo. Es una sensación maravillosa. Y parece que la gente no entiende que me enfade cuando dicen que los libros son "mierda". Me dan ganas de sacudirles a hostias.
La lectura para mi, es algo más que una obligación de instituto, es un escape a otro mundo. Puedo pasarme horas y horas leyendo, y ni mi entero. Un día perfecto para mi, es un buen libro, y un sofá cómodo con una mantita que me caliente bien, y a partir de ahí, pueden pasar horas y horas y horas... Lo mejor de todo, es que cuando leo, no existe nada más que el libro, es increíble lo rápido que consigo concentrarme, lo rápido que llega a volar mi imaginación, porque una vez empiezo a leer, no veo letras, en mi cabeza se dibujan las imágenes de las explicaciones del libro... es como si viera una película en mi cabeza... simplemente es fascinante.
Por no hablar de que me encanta escribir, con cada palabra que escribo, siento como si me quitaran un peso de encima, para mi la escritura es como una manera de expresarme. Igual que hay gente que necesita el futbol, yo necesito a los libros. Necesito escribir todo aquello que pasa por mi cabeza y mientras escribo, vuela, vuelva alto mi imaginación.
Cada palabra, expresa un significado, un sentimiento, y a medida que escribes o lees, te das cuenta, que detras de cada palabra, se esconde la verdad, que hay que saber leer y entender lo que se lee o escribe para poder descubrir lo que se oculta.
Que pena, que no pueda compartir esta sensación con más personas... pero hay muy poca gente que piense como yo, y que entienda de verdad que los libros no son "mierda". Que son mucho más de lo que parecen.

Cuando uno se enamora, el sentido común desaparece.

Escritos de Amor. 1

+¿Y que tal con aquella chica?- le pregunté mirándolo a los ojos.
-Bueno... no se si le gusto... y tampoco sé si me gusta tanto...- se puso bastante nervioso, y miró hacía otra parte.
+ Averígualo.
-¿Cómo?
+ Bésala- Me miró, perplejo, no se cría lo que acababa de decir.
-Como si fuera tan fácil.
+Lo es.
-Si claro... ¿y si me pega? ¿y si se enfada?
+Sabrás que no siente lo mismo. Además si tú sientes que hay química y que ella también lo desea, seguramente no te equivocas.
-Bueno, bueno... ¿y tú que?
+¿Yo? ¿Que de que?
-Con los chicos...
+Pues como siempre, con miedo a que me vuelvan a hacer daño.
-Debes quitarte ese miedo...
+Supongo, quizá algún día encontraré a alguien... otra vez.
Cuando dije eso lo miré, él no me había quitado la mirada de encima en ningún momento, y cuando lo miré sentí que mi corazón empezaba a latir con fuerza, la gente que antes pasaba por alrededor, para mi ya había desaparecido, y mientras él me miraba fijamente a los ojos, yo sentí que quería besarle. Y entonces nos fuimos acercando, poco a poco... Hasta que nuestras caras quedaron a pocos centímetros, él vaciló un instante, al ver que no me movía, me besó. Un beso, primero tímido y dulce, y al ver que respondía, me dio otro, esta vez con más fuerza, mientras yo le devolvía cada beso y cada caricia...

Espero que os haya gustado este trozo escrito por mi. ;)

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Razón o corazón?


¿Razón o corazón? ¿Que pasa cuando debes elegir? ¿A que se supone uno que debe hacer caso? ¿Cómo sabes que no la vas a cagar? No lo sabes. Es cuestión de tener suerte. Es cuestión de sentido común, de conocerte a ti mismo/a y saber que es lo mejor. Y por mucho que te digan: "haz lo que te dicte el corazón"; también hay que tener en cuenta a la razón. Porque cuando uno se enamora, no piensa con claridad, hasta en que llega un punto en el que lo debe hacer, debe pararse, y preguntar-se: "¿Razón o corazón?". Porque el amor, no solo es felicidad, también tiene sus pequeños baches, pues "todo lo que vale la pena, cuesta conseguirlo"; además, sin baches, ¿que serían de las reconciliaciones? 
Y la respuesta a nuestra querida pregunta, no es fácil de tomar y tampoco prometo que no haga daño. Yo, decidí escuchar a la razón, pero solo porque el corazón ya lo tenía roto. A veces creo que la cagué, y otras, creo que hice bien; pero no me arrepiento de nada. Lo importante, es que gracias a estos pequeños problemas, aprendemos. Y solo me queda por decir, que hagáis lo que hagáis, decidáis lo que decidáis, siempre os quedaran vuestros amigos que os apoyaran y ayudaran. 
¡Ah! Una última cosa:

"Y un día te darás cuenta de que si alguien te quiso una vez, otra persona podrá volver a hacerlo, y cuando entiendas esto, volverás a sonreír."

jueves, 1 de marzo de 2012

Sufrimiento sin sentido.

Sufrimiento sin sentido, llorar sin saber el porque, depresión sin razón aparente. Así es como me siento en ocasiones. Todo empieza, cuando me despierto y siento como dentro de mi se enciende un fuego de ira y frustración, ¿porque? no tengo ni idea, solo sé que me levanto enfadada con el mundo, sin ganas de nada, solo queriendo estar sola y tranquila. ¿Y entonces que hago? Nada. Finjo. Finjo estar bien, me dibujo una sonrisa en la cara y salgo a la calle. Río, bromeo, grito con mis amigos, pero en mi cabeza empiezo a notar como si me golpearan con martillos; lo ignoro. Y así va pasando el día, hasta que llega un punto en el que ya no puedo fingir más alegría, en el que solo quiero alejarme de la multitud y de mis propios pensamientos; pero poco a poco mi barriga empieza a dolerme, como si creciera algo dentro de ella, algo que no puedo soportar, y entonces me empiezan a escocer los ojos... para cuando me quiero dar cuenta, la primera lagrima ya a resbalado por mi mejilla hasta mi barbilla y a caído perdiéndose en el suelo. Me reprimo todo lo que puedo, intento parar de llorar; hasta que llego a mi casa, donde no hay nadie, porque mis padres aun no han vuelto; con la esperanza de que tarden en llegar y sin poder evitarlo, empiezo a gemir y a gritar de dolor, llorando como si lloviera; me empieza a entrar frio y me tapo con una manta; mi barriga me duele, parece que quiera explotar y por más que lo intento, siento que no puedo parar de llorar ni de gritar; entonces, entran mis padres, que me pillan con la cara roja y llena de lagrimas, vienen corriendo hacía mi, aguantándome para que no me caiga, pues mis piernas empiezan a temblar, preguntándome que me ha pasado, si alguien me ha hecho algo, y entonces me doy cuenta de que ni siquiera yo, sé el porque. Simplemente quería, necesitaba llorar, gritar, desahogarme, y mientras mis padres me tranquilizan siento que toda furia, rencor o tristeza se va desvaneciendo poco a poco...
Pero no se desvanece del todo, ¿por qué? no lo sé, pero siempre queda y quedará un poquito de ese sentimiento raro, hasta que no puedas más y vuelvas a soltarlo y vuelta a empezar... es así de simple. Solo hay que aprender a vivir con ello.

Nuestro error está en pedir paz y no hacer nada para lograr ese objetivo.